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Llegadas estas fechas es habitual llenar las lápidas de nuestros difuntos con flores. Entre las más habituales se encuentra el crisantemo. Pero… ¿Sabes a qué se debe esta tradición? Veámoslo…
El hecho de colocar flores en el lecho de los fallecidos es una tradición que viene de muchos años atrás. Antiguamente, se utilizaban las flores para neutralizar el olor que desprendía el cuerpo en descomposición del difunto.
Actualmente, con la llegada de nuevas técnicas, esta costumbre ha perdido su razón de ser y se ha quedado solamente en eso, en una costumbre.
¿Pero por qué los crisantemos?
Esta planta florece de octubre a diciembre. Precisamente por su carácter efímero se relaciona con el Día de Todos los Santos, para recordarnos lo fugaz que es la vida.
No obstante, tan sólo hace tres siglos que el crisantemo aterrizó en Europa. Esta planta es originaria de China y Japón, donde también se le conoce por el nombre de “margarita de otoño”. Su simbolización en las culturas asiáticas es bien diferente a la nuestra: allí equivale a sentimientos positivos como la felicidad o la alegría. De hecho, el Feng Shui considera que la “margarita de otoño” es capaz de atraer risas y felicidad al hogar.
Sin irnos más lejos, en Alemania se utilizan los crisantemos blancos para decorar las casas por Navidad.
Teniendo en cuenta estos datos, quizá deberíamos pensar que el motivo por el cual dedicamos estas flores a nuestros difuntos es para desearles lo mejor. De esta manera, deberíamos cambiar la percepción tan arraigada y negativa que tenemos sobre los crisantemos en nuestro país.
¡Que vivan las margaritas de otoño!
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