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¿Deberías alimentar a los pájaros de tu jardín durante todo el año?

¿Te gusta observar los pájaros en tu jardín o desde tu terraza? Tal vez ya les hayas proporcionado cajas nido y comederos para ayudarles cuando el tiempo se complica. Y eso es algo muy bueno. De este modo, contribuyes a su supervivencia al hacer lo posible por compensar la desaparición gradual de sus lugares de anidación y de sus fuentes naturales de alimento. Si es imprescindible alimentarlos en invierno, es posible seguir haciéndolo durante el resto del año. Pero para ello es bueno seguir ciertas reglas. Veamos cómo alimentar a los pájaros del jardín durante todo el año.


 

 ¿Por qué debes alimentar a tus pájaros?

Mucha gente está acostumbrada a alimentar a los pájaros durante el periodo invernal. En cuanto llega el frío, la nieve y las heladas, escasean los alimentos que los pequeños pájaros pueden encontrar normalmente en la naturaleza: insectos, gusanos, bayas. Además, a medida que los días se acortan, se reduce el periodo durante el cual pueden ir en busca de comida.

Además, hay otros factores en juego. En primer lugar, la urbanización de ciertas zonas y el desarrollo de las ciudades que reducen las posibilidades de exploración de las aves. 


En segundo lugar, el uso de plaguicidas en los campos también está provocando la desaparición de una serie de alimentos naturales y el uso excesivo de insecticidas está agotando las poblaciones de insectos, que son fuentes potenciales de alimento para las aves.

La falta de diversidad vegetal y la tendencia a utilizar plantas exóticas (que no dan frutos) son otros factores que influyen en la dificultad de la alimentación de las aves. Por lo tanto, puede ser útil seguir alimentándolos durante el buen tiempo, tomando precauciones para no hacerlos totalmente dependientes del ser humano.



 

¿Qué comen las aves de forma natural?

Las aves de jardín pueden ser granívoras o insectívoras. En el primer caso, algunos granívoros podrán desgranar semillas con sus picos cortos y robustos, o trocear piezas (por ejemplo, frutas). Es el caso, por ejemplo, de los pinzones y los gorriones.

Los insectívoros, como su nombre indica, comen insectos, arañas, gusanos y babosas. Pero también pequeñas bayas y semillas. Tienen un pico más largo, pero son menos robustos que los granívoros. En esta categoría se encuentran el petirrojo, el mirlo, el chochín y el estornino. En invierno, los insectívoros no migratorios adaptan su dieta a lo que pueden encontrar en la naturaleza, ya que los insectos y los gusanos escasean en esta época. Por lo tanto, empezarán a comer también semillas.

Además de su búsqueda diaria de alimento, las aves gastan mucha energía en diversas actividades, lo que requiere calorías adicionales. Entre ellas, la defensa de un territorio, la puesta de huevos, la incubación y las idas y venidas para alimentar a sus crías. Todo esto requiere una alimentación adecuada.

Las aves almacenan el exceso de comida en forma de grasa, que utilizan para mantenerse calientes cuando bajan las temperaturas, o como energía durante la migración.

Dependiendo de los cambios ambientales y de los cambios en su ecosistema, las aves son capaces de adaptar su dieta. Por ejemplo, los gorriones y jilgueros han desarrollado el hábito de visitar los comederos y recoger semillas de cacahuete, cosa que antes no ocurría. Asimismo, algunas especies que antes sólo se encontraban en los bosques han aparecido en los jardines. La escasez de alimentos a la que se enfrentan en su entorno natural explica este comportamiento.




¿Cómo alimentar a los pájaros en invierno?

A finales de otoño y en invierno, hay que dar preferencia a las sustancias que les ayudarán a soportar el frío y la humedad, y que por tanto son ricas en grasas.

Así, las semillas de girasol o los cacahuetes (sin cáscara para las aves que pueden abrirlos y con cáscara para las demás), los panes de grasa, los cilindros de grasa y/o las bolas de grasa complementan las mezclas de semillas tradicionales.

Es importante tener en cuenta que, cuando hace frío, un pájaro puede perder un 10% de su peso de la noche a la mañana (a veces más) y también gastarán energía en busca de comida. Por lo tanto, puede ayudarles a compensar esta pérdida de peso y energía.


En nuestras tiendas encontrarás bolsas de cacahuetes sin cáscara, semillas de girasol o mezclas de semillas y cereales. Si no quieres hacer tus propias bolas de grasa puedes encontrar bolas de grasa ya hechas con una mezcla de grasa animal o vegetal y diversas semillas.

El alimento que se va a suministrar debe colocarse en soportes adecuados, como comederos para las semillas y cilindros colgantes para las bolas de grasa. La duración de esta última varía en función del número de aves que acuden a alimentarse. Comprueba regularmente su estado y añade más si es necesario.




¿Cómo alimentar a los pájaros durante los meses de calor?

En la primavera, debes disminuir el contenido de grasa y aumentar las mezclas de semillas tradicionales. Puedes complementarlas con insectos, como los gusanos de la harina, que son ricos en proteínas y esenciales para la alimentación de las aves jóvenes (incluso de muchos granívoros).

En verano, puedes ofrecerles una cantidad reducida de una mezcla de semillas para que también puedan buscar comida por su cuenta. Este es también un período de muda para las aves. Dependiendo de la especie, comerán mayores cantidades de alimento, lo que les ayudará a reconstruir su plumaje.


En otoño, empezarán a acumular reservas: las aves migratorias necesitarán fuerzas para su viaje, mientras que otras se pondrán en forma para el invierno. A partir de octubre, puedes empezar a aumentar las dosis para introducir la dieta de invierno poco a poco.

Consejo Jardiland: no olvides ofrecerles agua fresca que se renueve regularmente, tanto para beber como para bañarse, incluso en invierno.





Alimentadores: mantenimiento e instalación

Si alimentas a tus pájaros de jardín durante varios meses o incluso durante todo el año, debes asegurarte de hacer el mantenimiento necesario de los comederos. Esto evitará el crecimiento de bacterias y enfermedades. Retira regularmente el contenido de los comederos (restos de comida, excrementos) y limpia el interior antes de añadir nueva comida.

Además, coloca el comedero en un lugar al que no puedan acceder posibles depredadores u otros animales interesados en la comida (gatos, ardillas). No cambies el comedero de sitio, ya que los pájaros se habrán acostumbrado a él.


En función de las especies presentes en tu entorno, puedes optar por comederos de suelo (para mirlos, estorninos) o por comederos altos (para herrerillos, jilgueros). Si dispones de una zona exterior lo suficientemente grande, puedes incluso alternar los distintos tipos de comederos, teniendo cuidado de mantener cierta distancia entre ellos para evitar grandes grupos de aves.

Adapta el receptáculo al tipo de comida que vas a dar a tus amigos con plumas, para que puedan acceder a ella fácilmente. Por ejemplo, hay bandejas de grasa especialmente diseñadas, comederos de pie para semillas o comederos colgantes con perchas.




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