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En lugar del término tradicional "malas hierbas" puede preferir el término "hierbas indeseables". Esta vegetación espontánea nos molesta a veces porque compite con nuestras plantaciones o por razones estéticas, aunque sigue siendo un vector de biodiversidad y presenta a veces cualidades insospechadas. Algunas de estas hierbas son tan bonitas que es difícil de creer que no pertenezcan al jardín. A menudo tienen cosas que decirnos sobre nuestro entorno, la naturaleza del suelo, el aire o la vitalidad del lugar. Así que, si nos deshacemos de ellas, hay que reflexionar y hacerlo con método. He aquí un breve resumen de estas huestes más o menos rebeldes y de los métodos para controlarlas...
Se llevan a cabo en el jardín con rapidez, facilidad y perseverancia. De rastreo, con estolones o profundamente enraizados, son de los más difíciles de controlar y desalojar...
Sus bonitas flores en forma de trompeta, de color blanco veteado de rosa o parma muy pálido, están esparcidas sobre largos tallos que pueden alcanzar un metro de longitud. La correhuela se arrastra, se ondula, trepa y se sitúa alegremente entre las "malas hierbas" más invasivas. Al enrollarse en los tallos, la llamada "tripa del diablo" asfixia a sus víctimas. Con su potente sistema de raíces, se apodera fácilmente, coloniza y se instala profundamente, ocupando el lugar y los nutrientes destinados a otras plantas.
No obstante, debemos reconocer su...
Nos deshacemos de él...
Muy presente en Francia, está declarada como plaga. Follaje espinoso y aserrado muy resistente, echa raíces gracias a una raíz pivotante de unos 2 m de longitud y prolifera
2 m de largo y prolifera en la superficie gracias a un sistema de rizomas horizontales muy dinámico.
Ciertamente, la floración malva es de lo más hermosa en verano, pero las semillas que produce son infinitamente numerosas, de fácil diseminación en un amplio radio, lo que hace del cardo de Canadá una planta particularmente invasiva.
No obstante, debemos reconocer...
Nos deshacemos de él...
Muy reconocible con su tallo frondoso, es la hierba de todas las dificultades. La ausencia de hojas la hace insensible a los herbicidas, la longitud de sus rizomas -pueden crecer hasta 5 m de profundidad- la hace resistente al desarraigo y su reproducción por difusión de esporas es difícil de controlar.
No obstante, debemos reconocer...
Nos deshacemos de él...
Con sus grandes tallos y hojas de color verde brillante, el quackgrass parece... hierba.
El Quackgrass se extiende rápidamente por todas partes y esta hierba perenne es muy resistente a ser arrancada gracias a sus robustos e invasivos rizomas subterráneos.
No obstante, debemos reconocer su...
Nos deshacemos de él...
Terminaremos esta selección mencionando dos deliciosas cubiertas del suelo: el ranúnculo rastrero y la potentilla.
Ambas son muy vigorosas y tienen hermosas y brillantes floraciones amarillas. Al primero -más conocido como ranúnculo- le gustan los suelos compactos y pesados; el segundo prospera en suelos húmedos y nitrogenados. Ambos producen estolones, tallos horizontales que enraízan en cada nudo y producen nuevos brotes en ese punto. La retirada debe ser regular y meticulosa. Lo mejor es utilizar una gubia de escarda.
Como medida preventiva, acolchar, ya que les gusta el suelo desnudo, reducir los aportes nitrogenados (dejar de usar estiércol, compost muy maduro, cuerno triturado o sangre seca durante un tiempo), añadir paja o serrín o, en el huerto, plantar plantas que requieran mucho nitrógeno, como puerros, achicoria y col.
La artemisa, la bardana, la hierba de los cerdos, muchas malas hierbas indeseables son, de hecho, plantas comestibles cuyas raíces, hojas o flores se han utilizado desde la noche de los tiempos en la composición de platos más o menos elaborados. Centrémonos en dos estrellas: la ortiga y el diente de león...
Si se frota, se raya. Sus hojas urticantes son la pesadilla de los jardineros y de los paseantes distraídos. Sin embargo, esta planta perenne sigue siendo un regalo de la naturaleza... ah, si no fuera tan invasiva con sus rizomas rastreadores, ¡muy rastreadores!
No obstante, debemos reconocer que...
¿Quiere saber más al respecto? Descubre cómo hacer tu compost y qué poner en él.
Deshazte de él...
Sus reconocibles flores amarillas suelen marcar la llegada de la primavera, las bolas de plumas que se forman al final de la floración son la alegría de los niños que se divierten con sus alas que vuelan al viento. El diente de león viste nuestros campos, nuestros bordes de carretera y, a veces para gran disgusto de los jardineros, nuestros céspedes con sus largas hojas dentadas. Es cierto que es algo invasivo y bastante resistente, pero merece que se le permita florecer, al menos en algunos lugares...
No obstante, debemos reconocer que es...
Nos deshacemos de él...
Para saber más sobre la gestión de las malas hierbas en su césped, lea nuestros artículos sobre el cuidado del césped en otoño.
Estas plantas anuales abundan en nuestros jardines y suelen ser más "perennes" de lo que creemos.
En el jardín, en el campo y en el huerto, competirán con sus vecinos imponiendo una generosa vegetación.
Por nombrar sólo algunos...
Todas estas "malas hierbas" son superficiales, por lo que serán fáciles de eliminar. A mano, con una escardadora, una azada o una azada, elimínelas antes de la floración para evitar que vuelvan a sembrar.
Las "malas hierbas" suelen ser invasivas, se propagan con rapidez y generosidad. Pero también tienen sus cualidades. Por lo tanto, es necesario encontrar el equilibrio adecuado en la gestión de su presencia.
En efecto, instaladas en sus camas, su césped y su huerto, las malas hierbas compiten con sus plantaciones. Al colonizar sus caminos y terrazas, a veces perjudican la estética del lugar. Pero, si se les deja desarrollarse libremente, también aportan diversidad a sus espacios exteriores y alimento para los buscadores.
Puede optar por dejar que se desarrollen libremente en determinadas zonas del jardín, en ciertas parcelas de difícil acceso u ocultas a la vista, y contribuir así a la biodiversidad.
Al mismo tiempo, puedes decidir proteger ciertas áreas de su intrusión.
En previsión, vigile estas zonas y arranque o corte las plantas no deseadas en cuanto aparezcan. Se trata de intervenir antes de que se produzcan y detener así su proliferación. También puede utilizar el mulching para zonas muy pequeñas. ¿Quiere saber más sobre esto? Te contamos cómo elegir el mantillo y cómo utilizarlo.
Por último, si las plantas ya están establecidas, puede optar por desherbar con las herramientas adecuadas -gubia de desherbar, cuchillo de desherbar- o utilizar herbicidas, que difundirá según el producto con una caña de desherbar o un pulverizador.
Favorecer los tratamientos naturales y ecológicos, especialmente en el huerto. Utilice estos productos con moderación, respetando las dosis recomendadas para el respeto del medio ambiente. Para profundizar en el tema, encuentre todos nuestros consejos para eliminar las "malas hierbas".
Una vez que los haya sacado, puede llevarlos al centro de eliminación de residuos más cercano. También puedes dejarlas secar durante mucho tiempo y utilizarlas directamente como mantillo o ponerlas en tu cubo de compostaje.
En cuanto a las plantas comestibles, se pueden añadir a sopas y ensaladas.